Se aguadó “la celebración” y México de local cayó ante el Ecuador 1-2 en partido celebrado en el estadio Omnilife de Guadalajara que registró una pobre entrada y como que la gente comprendió que no hay mucho que festejar con el país sumido en la violencia además los precios en ese estadio están por las nubes ya que la pretensión es recuperar la inversión lo más pronto posible y por eso le recargan la mano al aficionado.
Y los pocos aficionados que asistieron se sintieron defraudados por el partido, como que solo fue con fines recaudatorios y a los organizadores se les “olvidó” pactar con el equipo invitado para que no echara a perder el evento, pero como que los ecuatorianos no entendieron e hicieron quedar mal a los locales que culparon a la cancha de su mal desempeño.
Ahora México se prepara para enfrentar a Colombia este martes por la noche en la ciudad de Monterrey.
Nota del periódico el Universal
Daniel Blumrosen Juárez / Enviado
El Universal
Domingo 05 de septiembre de 2010 | 00:08
daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
GUADALAJARA.- La primera de las celebraciones futbolísticas por el Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia en México terminó con un amargo pastelazo. Eso explicó el sonoro abucheo recibido por la Selección Nacional tras el silbatazo final del árbitro costarricense Walter Quesada. Los más molestos hasta gritaron "¡Fraude, fraude!".
Lo peor es que el 2-1 en favor de Ecuador resultó barato para lo mostrado por ambas selecciones en el polémico césped artificial del estadio Omnilife. Efraín Flores cambió el esquema con el que el Tricolor venía desempeñándose desde hace varios años... Y pagó caro las consecuencias.
Carlos Salcido, Héctor Moreno y Francisco Javier Rodríguez jamás se coordinaron en esa incómoda línea de tres centrales propuesta por el estratega interino del equipo nacional. Todos militan en Europa y están acostumbrados a jugar con dos zagueros marcadores. Su desconcierto quedó totalmente demostrado.
Carlos Salcido, nuevo fichaje del Fulham, sufrió para marcar a Christian Benítez, ese velocista de ébano que rompe la Liga Mexicana con el Santos Laguna y ayer despedazó el esquema defensivo de la Selección Nacional.
Sólo tardó 32 segundos en hacer sudar a Guillermo Ochoa. Después de quitarse a Salcido con mucha facilidad, fusiló al arquero nacional. Era el inicio de una larga velada para el también guardameta del América, uno de los pocos que cumplieron con una decorosa actuación, pese al desorden colectivo.
De no ser por algunas de sus atajadas, los sudamericanos habrían conseguido un marcador más abultado. Inoportuno momento para caer por segunda vez en la historia frente a los sudamericanos, primera en casa, justo cuando la intención era comenzar el festejo por el cumpleaños 200 de México.
Javier Hernández y Giovani dos Santos fueron los otros dos que se salvaron. La velocidad y audacia del Chicharito provocó el autogol marcado por Luis Armando Checa (40'), mientras que el atacante del Tottenham intentó cargar con el peso de la ofensiva, pero fracasó al carecer de compañía. Hernández casi logra que el juez tico señalara penalti, pero no terminó por comprarle aquella fuerte jugada cerca del arco contrario.
Pablo Barrera y Andrés Guardado estuvieron más ocupados en controlar a los rápidos volantes ecuatorianos que en generar llegadas a la portería rival.
Flores buscó revulsivos en la parte final. Demasiado tarde. La daga en el corazón que representó el tanto de Jaime Ayoví (58') ya había causado estragos en un equipo que jamás se sintió cómodo, ni con el campo ni con el esquema.
Efraín Juárez y Elías Hernández intentaron abrir la cancha, pero el adversario ya estaba replegado, listo para ensayar contragolpes y finiquitar todo con base en la velocidad y contundencia de sus futbolistas.
Lo de los minutos finales tuvo más corazón que inteligencia. México arrinconó a Ecuador, pero fue estéril.
Pastelazo seco, doloroso para un equipo tan gris como el supuesto apoyo que recibió anoche.
Gdh